La tecnología está presente en casi todo lo que hacemos, ha cambiado e impactado nuestra sociedad de maneras nunca antes pensadas. La educación no está exenta a esta realidad. 

A través de los años se han hecho muchos esfuerzos a nivel educativo y se ha invertido una gran cantidad de dinero tratando de integrar la tecnología de una manera positiva y transparente en las instituciones educativas a nivel mundial. Algunas escuelas han logrado hacer cosas importantes con este recurso, sin embargo, para quizás una gran mayoría, el uso de la tecnología en la práctica docente ha resultado ser frustrante y desalentador. 

frustracion tecnologica

La tecnología lamentablemente ha causado mucha frustración en los docentes cuando debiera ser todo lo contrario. En muchas ocasiones se ha convertido en un obstáculo para la educación en lugar de un potenciador del aprendizaje.

Es evidente la gran cantidad de presupuesto que muchas instituciones educativas destinan a recursos tecnológicos tales como equipos de cómputo, dispositivos, sistemas y equipos multimedia por mencionar algunos. También es evidente que la correlación equipo tecnológico – capacitación docente no es la más óptima. Los docentes deben  saber de primera mano cómo esos recursos pueden ayudar a mejorar los procesos de aprendizaje de sus estudiantes, de lo contrario, cualquier esfuerzo para que este recurso mejore la educación resultará en vano.

Hemos visto innovaciones en el pasado, como la aparición de la televisión por ejemplo, que a pesar de que parecía tener un gran potencial, al final tuvo efectos muy pobres y aislados a nivel educativo. El detalle está que cuando se pone el enfoque en un dispositivo o novedad y no en el aprendizaje no importa que tan sofisticada y deslumbrante sea la innovación siempre va a generar dudas y confusión con respecto a la eficacia o no de la misma.

La conclusión a la que hemos llegado es que para que la tecnología sea eficiente y cumpla un propósito de mejora del aprendizaje tiene que darse una transformación educativa en dos niveles principales, estos son el currículo y la metodología de enseñanza predominante.

Sin un currículo pedagógico que se enfoque más en el desarrollo de habilidades y destrezas para que los estudiantes sean competentes en este mundo tan globalizado y competitivo es prácticamente imposible que alguna tecnología por sí sola mejore o solucione los problemas educativos que vemos a nivel mundial. Por otro lado, si el concepto de enseñanza que se tiene en la institución es aquel donde el enfoque está en la transmisión de contenidos que los estudiantes deben aprender de memoria para pasar exámenes la tecnología no va a aportar mucho tampoco. 

metodologias activas

La tecnología debe ser un recurso que permita a los estudiantes crear, innovar y ser dueños de su propio aprendizaje.

La pregunta fundamental que toda institución educativa debe hacerse no es que saben sus estudiantes sino más bien cómo y en qué contextos ellos pueden aplicar los conocimientos adquiridos en escenarios de la vida real. En otras palabras, el objetivo primordial debe ser que el estudiante sea competente, eso significa que sabe (conceptual), que sabe hacer o aplicar (procedimental) y que sabe ser (actitudinal). 

Muchas veces las instituciones educativas se quedan estancadas en la parte conceptual y cuando los estudiantes salen del colegio no saben cómo aplicar lo que se les transmitió en contextos reales, ni tampoco saben cómo comportarse ante diferentes escenarios porque nunca fueron preparados adecuadamente para eso (inteligencia emocional). Dicho de otra manera, los estudiantes de hoy en día salen de los colegios sin las destrezas y habilidades necesarias que les permita ser competentes y poder, al fin de cuentas, triunfar en este mundo tan tecnológico, acelerado y avanzado en el que vivimos. 

Para lograr el cambio de la calidad educativa contextualizada al mundo actual es imprescindible que los docentes tengan las competencias profesionales requeridas. Si los estudiantes no encuentran en sus docentes esas personas, que más allá de guiar el aprendizaje lo impulsan, es bastante probable que no haya ninguna mejora significativa, independientemente si hay o no tecnología de por medio. Es por lo tanto, el desarrollo profesional docente el elemento fundamental para que haya una verdadera transformación educativa, no son los dispositivos los que hacen el cambio, son los docentes.

Puede que una institución cuente con lo último en tecnología, con buena conexión a Internet, con dispositivos para cada estudiante, pizarras interactivas, equipos multimedia etc., que si el docente continúa dando sus clases de manera magistral, pasiva, unilateral y enfocada en los contenidos la tecnología disponible en realidad no aportará más que una simple atracción visual y estética. 

Es imprescindible recalcar que el impacto educativo y la mejora en los procesos de aprendizaje no viene de la mano de incorporar más elementos tecnológicos, sino más bien, de una reingeniería de los métodos de enseñanza y su respectivo análisis y estudio de cómo y qué tecnologías pueden facilitar y potenciar los procesos de aprendizaje de los estudiantes a nivel global.

 

Si desea saber como impactar el aprendizaje de los estudiantes en su institución no dude en contactarnos haciendo click aquí. 

SUSCRIBIRSE

Suscríbite para recibir en tu correo contenido pedagógico exclusivo. 

Te has suscrito exitosamente!

Share This
%d bloggers like this: